Otra gran obra maestra del cine by Tom Hanks

autor:Tom Hanks [Hanks, Tom]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2023-05-09T00:00:00+00:00

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No hubo lectura previa completa del guion de la película debido a que los protocolos covid desaprobaban las reuniones de muchas personas. Y reunir a todo el reparto para un día era prohibitivo. Bill se reuniría y ensayaría con el Talento en privado cuando faltara poco para rodar las escenas, como había estado haciendo con Wren y OKB. OKB había abandonado la idea del dialecto sureño y ahora le había dado por hablar como un gánster de Brooklyn, un poco zipizopaz. Entonces llegaron las pruebas de cámara del viernes.

A Wren la llevó al set Tom en coche y llegó a las 6:36 de la mañana para tomar asiento en Obras.[85] A OKB se le dio una hora de recogida más tarde, las ocho en punto. Tardarían horas en colocarle las prótesis, con tanta cicatriz y piel quemada, así que el plan era tenerlo listo a la una del mediodía, lanzarlo a cámara junto a Wren mientras a ella le acababan el último look, y allí estarían, por primera vez, Knightshade y Firefall. Planeado así, el trabajo del día terminaría alrededor de la una y media del mediodía. Llamarían para comer, plegarían y ya habrían terminado por ese día.

Alan «Ace» Acevido, un contratado local, estaba aparcado frente a los alojamientos de los actores en Franzel Meadows a las 7:45 de la mañana, al volante del Range Rover estipulado. Para ser una recogida matutina, las 7:45 era levantarse tarde, y también lo era para Ace, que se había retirado de conducir en películas el año anterior. Él y su esposa tenían una finca preciosa de ocho acres al noroeste de Yuba City, donde ella criaba caballos enanos y Ace se dedicaba a tejer: tejía sus propios tejidos. De hecho, se había construido su propio telar y se había aficionado como Gandhi a su rueca. Pero cuando eres camionero, lo eres para toda la vida, así que cuando la producción llamó buscando a un empleado local, Ace aceptó el trabajo, por supuesto, porque pagaban muy bien. Una semana antes, cuando había conocido a OKB para la aprobación, Firefall le había dicho a Ace que bajo ningún concepto había de llamar al timbre de la puerta cuando fuera a recogerle. Jamás.

—OKB saldrá cuando OKB esté listo.

—Usted es el capitán de mi barco —dijo Ace. Pero allí estaba, un viernes por la mañana, a las 8, luego las 8:15, luego las 8:25, y ni rastro del actor. Ace envió un mensaje a uno de los ayudantes de Dirección de Yogi. ACE: ESPERANDO. A las 8:45, envió ACE: NI RASTRO de OKB. Entonces informaron a Yogi enseguida, así que informó a Al, que llevaba en el remolque de Producción desde las seis de la mañana y que entonces llamó al actor al iPhone que le había proporcionado Producción y le dejó un mensaje: «Hola, señor B., me preguntaba si hay algo que podamos hacer por usted esta mañana. Hoy es un gran día, por así decirlo. ¡Te necesitamos en el Campamento base! Llámame».

Nada. A las 9:17, sonó la alerta de mensajes de Al.

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